Cuando están
acompañados
revolotean
cual mariposas
volátiles, veloces,
son unos auténticos
pies alados
con un don
de ubicuidad
inimaginable
Abren cajones
golpean puertas
es un concierto
desconcierto
desconcertante,
las que estaban
abiertas
están cerradas
ahora ya
y viceversa.
Es un dinamismo
invisible
en poco tiempo
lo imprevisible
se convierte
en posible
Si están
en casa solos
como ratones
al acecho
dotados
de un olfato
agudizado
encuentran
en escasos minutos
lo prohibido
aquello que
estaba escondido
en lo más recóndito
de la despensa
Al instante
tratan de
recolocarlo todo
sin ningún éxito
aunque estén ellos
convencidos
de que
no queda
ni una huella
y saludan
con aire angelical
a cualquier mortal
que ose entrar
por aquella puerta
Ellos siempre son
inocentes
además
estaban solos
¡son niños!
-alegan-
Niños disfrazados
de
-volátiles mariposas-
-ávidos ratones-
-molestas moscas –
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