Mientras el círculo
azul
gira y gira
yo desespero
ante esta terca imagen
de la pantalla
sin saber ya qué espero
Observo la decoración
de mi casa:
el cuadro desnivelado
el marco despintado
la hora inmóvil del reloj
de pared
-se fija
mas no habla-
Indiferente a el
aquel que debía responder
está mudo y muerto
solo el dinámico círculo
vive
¿Por qué no responde?
Ignorante yo
en estas lides tecnológicas
pese a
limitarme siempre
a repetir los mismos gestos…
¡Ah!
Esta máquina infernal
interrumpe mis acciones
me hace demandas
imposibles de responder
¡Cambia el rumbo
habitual de mi trabajo!
Nos comprendemos
apenas
y esta incomunicación
me transporta
a otros tiempos
rudimentarios
aunque parsimoniosos
en donde
una delicada pluma
entre los dedos
introducía y
escurría la tinta
en el bello tintero
En aquel entonces
la mano dominaba al papel
a su antojo
con tachaduras
o borrones
por parte del escribano
sin que fuera interrumpida
su musa creativa
en ningún momento.
Por favor
¡Denme una pluma y un tintero!
Deja una respuesta