(Recreación periodística)

Después de tantos años transcurridos, que nos sintamos unidas como en el primer momento de nuestro combate, no tiene precio.

Por muy diferentes que hayan sido las trayectorias de nuestras vidas, a lo largo de estas décadas, y aún desconocedoras de nuestros avatares afortunados o fortuitos, no por ello nos hemos olvidado unas de las otras.

La lejanía no importó, la falta de noticias tampoco, estamos aquí.

Aquí estamos, generosas, amistosas y abiertas entre nosotras que tanto compartimos y cariñosas, espontáneas como si nos hubiésemos visto la víspera.

Alegría de un reencuentro deliberado y ansiado, aunque no lo dijésemos con palabras, seguramente que ciertas voces reverberaban en el espacio sideral, pidiéndolo insistentemente ya desde hacía un tiempo.

Hasta que alguien las escuchó por fortuna para todas y reclamó la urgencia del  referido encuentro.

En fin, todo discurrió en armonía y felicidad, no solo disfrutando de manjares y buenos vinos, sino con el preludio de buena música interpretada al violín por una joven intérprete. ¡Un verdadero deleite!

Después de tantos años transcurridos, que nos sintamos amigas, no tiene precio.

Sobreira, 26 de julio-2017