Teresa Wilms

1893-1921

 


Fue la segunda hija entre seis hermanas Luz Teresa Rosa, María Inés, Carolina Isabel, Carmen, Victoria Margarita y Ana Esperanza del matrimonio de Federico Guillermo Wilms y Brieba (1867-1943), supuesto descendiente de la realeza prusiana, con Luz Victoria Montt y Montt (1870-1917), bisnieta del presidente de la república Manuel Montt; de ascendencia alemana por parte de padre y española (Gerona, Cataluña) de lado materno. Tuvo una esmerada educación, conforme a las reglas de la época dirigida a llevar un matrimonio y el protocolo en la alta sociedad, sin contar su carácter rebelde que prontamente se manifestaría.
Considerada una precursora feminista, tuvo una vida novelesca. Rebelde a los valores burgueses de su sociedad.
Con facilidades para los idiomas, aprendió francés (idioma con el que escribiría sus diarios), inglés, italiano, portugués y un poco de alemán.
En 1910, a los 17 años de edad, se casó con Gustavo Balmaceda Valdés (sobrino del presidente José Manuel Balmaceda), contra la voluntad de su familia y de la de su elegido. En Santiago se integró a la activa vida cultural de la ciudad. Los celos y el alcoholismo de su marido le traerán terribles conflictos familiares. Tendrán dos hijas: Elisa, llamada Chita, y Sylvia Luz.
Residirá entre 1912 y 1915 en Iquique en pleno auge salitrero por razones de trabajo de su esposo, donde comenzará su relación con feministas y sindicalistas y donde observó los nacientes movimientos de reformistas. Adscribirá a la masonería y hará sus primeras publicaciones en la prensa de esa ciudad con el seudónimo de Tebal.
Tras su regreso a Santiago, su esposo descubrió la relación que ella mantenía con Vicente Balmaceda Zañartu, primo de Gustavo, el «Vicho», «Mi amante ídolo» o «Jean», como lo llamaba poéticamente en sus diarios, quien poco a poco, se convirtió en la inspiración de sus primeros escritos. Un tribunal familiar la recluyó, el 18 de octubre de 1915, en el convento de la Preciosa Sangre, donde hará su primer intento de suicidio el 29 de marzo del año siguiente.
En junio de 1916, Vicente Huidobro la ayuda a escapar del convento y huyen juntos a Buenos Aires. Gracias a su permanencia en esta gran ciudad que comenzaba a destacarse por su intelectualidad cosmopolita, desarrolla nuevas amistades con los escritores Victoria Ocampo, Jorge Luis Borges y Pelegrina Pastorino (Péle), la revolucionaria de la moda feminista, quien le presenta la posibilidad de portar pantalones; esta corriente hará un enorme impacto en ella.
En la capital argentina inauguró su carrera literaria: en 1917 publicó sus libros Inquietudes sentimentales y Los tres cantos. En agosto de ese año, Horacio Ramos Mejía, joven de 20 años y uno de los enamorados de Wilms, se suicidó frente a ella (en 1919 publicará Anuarí, poemario dedicado a él). Tras esta tragedia, partió en el barco Vestris a Nueva York para colaborar con la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial, pero es confundida y apresada como espía alemana.
Marchó entonces a España, donde se integró en la bohemia madrileña y frecuentó el café Pombo. Presentada por Joaquín Edwards Bello, conoció a los escritores Gómez de la Serna, Enrique Gómez Carrillo y, principalmente, Ramón del Valle-Inclán, quien prologará sus libros publicados en ese país. Allí salieron a la luz En la quietud del mármol y Mi destino es errar, con de Teresa de la Cruz. En la capital española la retrataron los pintores Julio Romero de Torres y Anselmo Miguel Nieto.
Tras errar por Buenos Aires, Sevilla, Córdoba y Granada, se estableció en 1920 en París, donde se reencontró con sus hijas después de cinco años de no haberlas visto. Cuando las niñas regresaron a Chile, el dolor de la nueva separación gatilló una terrible depresión que la llevó al suicidio.
El 22 de diciembre de 1921 es ingresada en el Hospital Laënnec, donde muere el día de Navidad: había ingerido una dosis letal de veronal. Tenía veintiocho años. No era la primera vez que había intentado suicidarse, ya lo hizo en su reclusión en el convento, donde ni siquiera recibió el consuelo de sus padres. Ya había escrito, años antes:


En la soledad de mis pensamientos, oigo cavar una fosa
.

La cineasta chilena Tatiana Gaviola rodó una película basada en la vida de la poetisa, Teresa, estrenada el 11 de junio de 2009.

Obras
Inquietudes sentimentales, Buenos Aires, 1917.
Los tres cantos, Buenos Aires, 1917.
En la quietud del mármol, Casa Ed. Blanco, Madrid, 1918.
Anuarí, Casa Ed. Blanco, Madrid, 1919.
Cuentos para hombres que son todavía niños, Buenos Aires, Argentina, 1919.
Diarios íntimos

Prologo a Anuari

“¿De qué mundo remoto nos llega esta voz extraña cargada de siglos y juventud? Tiene la clara diafanidad del canto en las altas cimas, y no sabemos si es cerca o lejos de nosotros cuando suena en el maravilloso silencio. Y extraña como la voz es esta frágil y blonda druidesa que apenas posa sobre la tierra y tiene al andar el ritmo del vuelo. Baja de la montaña sagrada, es toda hecha de nieve y de sol de la cumbre. Arrastra el prestigio esotérico de algún antiguo culto al viento y al mar, a la tierra y al fuego.
Estos poemas, como versículos de un libro sagrado, hacen sonar la cadena de los siglos, y tienen la misteriosa resonancia de las voces elementales. Pasa sobre ellos el soplo profético: El barro recuerda la hora en que salió del caos, y el espíritu la Divina Cáligo. Con el dolor de la caída se junta el anhelo por volver a la luz. Maravillosa virtud la de esta voz que golpea la puerta de bronce del templo de Isis: Los ecos milenarios se despiertan, y las sombras antiguas acuden al conjuro, pasan guiadas por la música de las palabras que se abren como círculos mágicos en un aire nocturno.
Tiene esta voz una gracia alejandrina, en ella se junta como en el antro de un viejo alquimista, los verdes venenos de sierpes y plantas, las piedras cristalinas donde están grabados los signos salomónicos, y las esferas de bronce que marcan el camino de los astros paralelo al camino de las vidas. Maravillosa voz alejandrina que renueva el temblor de las visiones apocalípticas, y la mística calentura del fakir que deslíe su conciencia en el Gran Todo.”

Valle-Inclán

 

Fuente: wikipedia.

Selección poética:

¡Anuarí! ¡Anuarí!
Espíritu profundo, vuelve del caos.
Torna en misteriosa envoltura, huésped de mis noches glaciales.
Que tus dedos de sueño posen sobre mis párpados desvelados.
Ciérralos, Anuarí.
Veneno sublime, da muerte a mi cerebro aterrado.
Quédate sobre mi fosa sonriendo enigmático.
Sonrisas de ultratumba, sombra y luz, sonrisa tremenda que me ha aniquilado.
¡Espíritu profundo, vuelve del caos!
Se han muerto todas mis flores, sólo queda para tu hambre la sangrienta herida
de mi corazón partido.
Anuarí, Anuarí. ¡Sucumbo en el torbellino de los astros locos que se precipitan!
¡Vuelve del caos!

De Anuarí, 2009

Autodefinición

Soy Teresa Wilms Montt
y aunque nací cien años antes que tú,
mi vida no fue tan distinta a la tuya.
Yo también tuve el privilegio de ser mujer.
Es difícil ser mujer en este mundo.
Tú lo sabes mejor que nadie.
Viví intensamente cada respiro y cada instante de mi vida.
Destilé mujer.
Trataron de reprimirme, pero no pudieron conmigo.
Cuando me dieron la espalda, yo di la cara.
Cuando me dejaron sola, di compañía.
Cuando quisieron matarme, di vida.
Cuando quisieron encerrarme, busqué libertad.
Cuando me amaban sin amor, yo di más amor.
Cuando trataron de callarme, grité.
Cuando me golpearon, contesté.
Fui crucificada, muerta y sepultada,

por mi familia y la sociedad.
Nací cien años antes que tú
sin embargo te veo igual a mí.
Soy Teresa Wilms Montt,
y no soy apta para señoritas.


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