Mascha Kaléko

1907-1975

Golda Malka Aufen, conocida como Mascha Kaléko (Chrzanów, 7 de junio de 1907-Zúrich, 21 de enero 1975) fue una poetisa judía que escribió en idioma alemán, asociada al movimiento de la nueva objetividad en la literatura.
Nacida como Golda Malka Aufen, Mascha Kaléklo fue hija natural de un comerciante ruso llamado Fischel Engel y de (su posteriormente esposa) Rozalia Chaja Reisel Aufen, ambos de origen judío. Nació en Chraznów, una localidad del Reino de Galitzia y Lodomeria, parte del Imperio austrohúngaro que correspondió al antiguo territorio polaco absorbido por el imperio en 1772. Pese a la diversidad étnica de la región (compuesta principalmente por judíos y polacos), era dominada por la élite germanohablante asociada al Imperio austriaco.
En 1914, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, Aufen y sus hijas emigraron a Alemania, para escapar de los pogromos contra los judíos. Inicialmente se asentaron en Frankfurt del Meno, donde Kaléko cursó la escuela básica. En 1916 la familia se mudó a Marburg y finalmente en 1918 llegaron a Berlín, instalándose en el shtetl Scheunenviertel (Grenadierstraße 17, actualmente Almstadtstraße). Allí pasó Kaléko su época escolar y estudiantil. En 1922 se casaron sus padres, siendo adoptada legalmente por su padre y recibió el nombre de Mascha Engel.
En 1925, Kaléko fue contratada como aprendiz en el Arbeiterfürsorgeamts der jüdischen Organisationen Deutschlands (Oficina para el bienestar de las organizaciones judías en Alemania) en Berlín, de la calle Auguststraße 17. Simultáneamente acudía a los cursos vespertinos de filosofía y psicología, entre otros, de la universidad popular Lessing-Hochschule zu Berlin y de la Universidad Friedrich-Wilhelm, hoy llamada Universidad Humboldt de Berlín.
El 31 de julio de 1928 se casó con el profesor de hebreo Saul Aaron Kaléko, del cual adoptó su apellido.
A fines de los años 20 entró en contacto con la vanguardia artística de Berlín que frecuentaba el Romanisches Café. Así conoció, entre otros, a Else Lasker-Schüler, Erich Kästner y Joachim Ringelnatz.
En 1929 publicó su primera poesía en el periódico Der Querschnitt, que reflejaba en un tono alegre-melancólico el ambiente de los ciudadanos ordinarios y la atmósfera de Berlín. Entre 1933 y 1934 estudió en la Reimann-Schule en Berlín, entre otros el curso de escritura publicitaria. En 1933 publicó el Lyrisches Stenogrammheft , Taquigrafía lírica que ameritó el comentario que más tarde le dirigió el filósofo Martin Heidegger: «su cuaderno estenográfico demuestra que usted sabe todo lo que a los mortales les está dado saber». La obra fue un éxito y, aunque se había publicado en enero, se libró de la hoguera nazi de mayo porque las autoridades desconocían que la autora era judía. La editorial Rowohlt publicó una segunda edición en 1935 y un año antes Das kleine Lesebuch für Große.
Kaléko inició una relación sentimental con el director de orquesta Chemjo Vinaver, con el cual tuvo un hijo en diciembre de 1936, Evjatar Alexander Michael (cuyo nombre cambiaría a Steven al partir al exilio). El 22 de enero de 1938 se disolvió legalmente el matrimonio de Saúl y Mascha, la que se casó seis días más tarde con Vinaver. Pese al divorcio, Masha conservó el nombre artístico de Kaléko.
Producto de la creciente persecución al pueblo judío por la Alemania nazi, la nueva familia emigró en septiembre de 1938 a los Estados Unidos. Chemjo Vinaver no tuvo el éxito profesional esperado; Kaléko mantuvo a la familia escribiendo textos para publicidad comercial y escribió también poesía para niños. En 1939 Kaléko publicó textos en la revista del exilio judío Aufbau en lengua alemana. En 1944 la familia Vinaver-Kaléko obtuvo la ciudadanía estadounidense. El 6 de diciembre de 1945 Kaléko participó activamente en una velada del neoyorquino Progressive Literary Club, una iniciativa fundada por Heinrich Eduard Jacob para el cultivo de la lengua alemana en el exilio, que recordó al difunto poeta.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Kaléko volvió a tener su público en Alemania: el Lyrisches Stenogrammheft fue editado nuevamente con éxito por la editorial Rowohlt (1956). En 1960 se le quiso premiar con el Premio Fontane de la Academia de Artes de Berlín (occidental); ella lo rechazó por la presencia de un miembro de las SS en el jurado, Hans Egon Holthusen. En el mismo año emigró a Jerusalén (Israel) por amor a su marido. Allí sufrió intensamente bajo el aislamiento cultural y lingüístico, viviendo solitaria y decepcionada.
En 1968 su hijo falleció repentinamente en Nueva York. Después de morir su esposo Chemjo Vinaver en 1973, reencontró en su último año de vida las fuerzas para escribir.
En otoño de 1974 visitó Berlín por última vez y dio una conferencia allí el 16 de septiembre en la Amerika-Gedenkbibliothek (Biblioteca Conmemorativa de América).
Murió en 1975 —solo 14 meses después que su marido— en Zúrich de cáncer de estómago.

 

Fuente: wikipedia.

Obra poética:
Taquigrafía lírica, 1933
Versos para contemporáneos, 1945

(Es escasa la obra de esta poeta, traducida al español)

Selección poética :

El célebre sentimiento
Cuando morí por vez primera
—aún sé cómo ocurrió—,
morí en silencio y fue del todo,
pasó en Hamburgo, el mes de abril,
y yo tenía dieciocho.

Cuando morí por vez segunda
la muerte me hizo daño.
Yo te dejé bien poca cosa:
el corazón batiendo en tu portón,
sobre la nieve huellas rojas.

Pero al morir por vez tercera
no me dolió ya tanto.
Tan cotidiana como el pan
y los vestidos fue la muerte.
Ya no me muero más.

(Traducción de Inmaculada Moreno,
Tres maneras de estar sola, Renacimiento, 2012)

¿Nostálgico de qué?
Cuando digo «nostalgia», digo «sueño».
Porque la patria vieja apenas existe.
Cuando digo nostalgia me refiero a mucho:
lo que nos deprimió durante mucho tiempo en el exilio.
Ahora somos extraños en nuestra ciudad natal.
Solo quedaba el «dolor».
El «hogar» se ha ido.

En el exilio

Tuve una patria bonita hace tiempo –
Así cantó ya el refugiado Heine.
La suya estaba a la orilla del Rin,
la mía en la arena de la comarca de Brandenburgo.

Todos nosotros teníamos una (¡ver arriba!).
Se la devoró la peste, se deshizo en la caída.
Oh, rosita del matorral,
a ti te rompió la fuerza a través de la alegría.

Los ruiseñores han enmudecido,
añoran un domicilio seguro,
ahora sólo chillan los buitres
en lo alto, sobre una hilera de tumbas.

Esto no será nunca, lo que fue,
si es que llega a ser de otra manera.
Aunque la querida campanita suene,
aunque ninguna espada tintinee.

En ocasiones siento, como si
el corazón se me rompiera.
Tengo a veces nostalgia.
Lo único que no sé, es de qué.

 


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