Madrid, 1891-Boston, 1951
Sólo un poeta con gran sensibilidad pudo escribir 350 cartas dirigidas a su gran amor, Katherine Whitmore. Sensibilidad apoyada en su maestría con las palabras y en la capacidad de expresar sus sentimientos. Ahora que en términos psicoanalíticos se habla de alexitimia, como la incapacidad de identificar y describir verbalmente las emociones, con frecuencia referido a los hombres, sin embargo no es el caso, en Pedro Salinas. En estas cartas, compartimos su mundo espiritual, con palabras acertadas y sin ambigüedades, sus emociones, el desmenuzamiento de instantes vividos pretéritos, con la misma intensidad rememorados como si los estuviera viviendo en ese mismo momento… Es un verdadero léxico del alma a la par que una gran belleza, el auténtico amor sentido por su Katherine amada.
Recomiendo la lectura de este epistolario íntegro porque fragmentos inconexos desmerecerían el fondo espiritual de ellas y podrían a veces a convertirse en mera sensiblería, algo muy lejano al sentir de este conjunto epistolar.
Por ese motivo, escojo un fragmento en que nos describe el mundo exterior, en el que nos hace compartir y disfrutar con su fina sensibilidad el espectáculo de la nieve, el macrocosmos del autor.
Fragmento de la carta mecanografiada escrita en Wellesley en 1936.
[He descubierto la nieve, ahora, a mis años…¿Te da risa? He descubierto, sobre todo, lo que me gusta descubrir en todas las cosas del mundo: su magia, su poder secreto. La nieve es el mejor dibujante en el mundo, ¿ no te parece?
Dibujante magistral, a veces tiene la finura de un trazo, la implacable delicadeza de un Pisanello o un Ingres, al dibujar los contornos de las cosas. La nieve al posarse en los árboles, en los edificios, los delinea, y parecen su plano, su idea. Es una operación platónica, reducir las cosas del mundo, sus realidades, a ideas. Pero además de captar los perfiles, las siluetas de las cosas nos da algo más: el sentido dramático del claro-oscuro, mucho mejor que Rembrandt. Fíjate en un árbol nevado y verás cómo entre los sitios donde se ha posado la nieve y los demás hay unos contrastes de blanco y negro o verde, maravillosos, que producen un sentimiento de profundidad, no ya de contorno. Dibuja entonces la nieve no como japoneses sino como Miguel Ángel. Pero además la nieve va sutilmente, delicadamente, subrayando mil detalles de cosas que no se veían…]
Pedro Salinas Cartas a Katherine Whitmore, 2002
N.B. Hizo falta su publicación para que los críticos literarios no dudaran ya de la existencia de una amada real que hubiera inspirados los poemas de: La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento
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