(Recreación poética)
En la tercera fase
en la dorada edad
veinte años no es nada…
Cuarenta empiezan
ya a contar
para no reconocerse
al instante
Cuerpos de vestales
aumentados de tamaño
rostros que observan
su entorno
con confusión
ojos que preguntan
que intentan encontrar
vestigios de aquel pasado
vivido intensamente
de lucha incesante
de mujeres en una sola
unidas
Mas
mejillas hundidas
en aquellos pómulos tersos
canos cabellos
sobre aquellas doradas cabelleras
rictus nuevos
en aquellas facciones familiares
anclados ya
por el avance irreversible
del tiempo
En unos segundos apenas
borramos aquella imagen
ideal tal vez
permanecida
en nuestras memorias
y le damos paso
a las asomadas
reales
acordes
a las que proyecta
asimismo
nuestra propia persona
en ellas
Aldán, 22 de julio 2017
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