Je suis un éphémère et point trop mécontent citoyen d´une métropole crue moderne parce que tout goût connu a été éludé dans les ameublements et l´extérieur des maisons aussi bien que dans le plan de la ville. Ici vous ne signaleriez les traces d´aucun monument de superstition. La morale et la langue sont réduites à leur plus simple expression, enfin! Ces millions de gens qui n´ont pas besoin de se connaître amènent si pareillement l´éducation, le métier et la vieillesse, que ce cours de vie doit être plusieurs fois moins long que ce qu´une statistique folle trouve pour les peuples du continent. Aussi, comme, de ma fenêtre, je vois des spectres nouveaux roulant à travers l´épaisse et éternelle fumée de charbon.-notre ombre des bois, notre nuit d´été ! -des Erinnyes nouvelles, devant mon cottage qui est ma patrie et tout mon coeur puisqu´ici tout ressemble à ceci, -la mort sans pleurs, notre active fille et servante, un amour désespéré, un joli crime piaulant dans la boue de la rue.
Illuminations, 1886
Ciudad
Soy un efímero y no muy descontento ciudadano de una metrópoli que se cree moderna porque cualquier gusto conocido ha sido eludido en el mobiliario y en el exterior de las casas así como en la ordenación urbana. Aquí no distinguirá las huellas de ningún monumento de superstición. La moral y la lengua están reducidas a su más mínima expresión, ¡vaya! Estos millones de personas que no necesitan conocerse llevan tan igual la educación, el oficio y la vejez, que este tren de vida debe ser muchas veces menos largo de lo que es una estadística loca para los pueblos del continente. Como también veo desde mi ventana, espectros nuevos que ruedan a través de la espesa y eterna humareda de carbón-¡nuestra sombra de los bosques, nuestra noche de verano! Nuevas Erinias*, delante de mi casa de campo que es mi patria y todo mi corazón ya que aquí todo se asemeja a esto, -La Muerte sin lloros, nuestra activa hija y sierva, un Amor desesperado, y un bonito crimen piando en el lodo de la calle.
Iluminaciones, 1886
*En la mitología griega, las Erinias eran personificaciones femeninas de la venganza que perseguían a los culpables de ciertos crímenes.
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