Le vase où meurt cette verveine
D´un coup d´éventail fut fêlé;
Le coup dut effleurer à peine:
Aucun bruit ne l´a révélé.
Mais la légère meurtrissure,
Mordant le cristal chaque jour,
D´une marche invisible et sûre
En a fait lentement le tour
Son eau fraîche a fui goutte à goutte,
Le suc des fleurs s´est épuisé;
Personne encore ne s´en doute;
N´y touchez pas, il est brisé.
Souvent aussi la main qu´on aime,
Effleurant le coeur, le meurtri;
Puis le coeur se fend de lui même,
La fleur de son amour périt;
Toujours intact aux yeux du monde,
Il sent croître et pleurer tout bas
Sa blessure fine et profonde;
Il est brisé, n´y touchez pas
Stances et poèmes, 1865
El jarrón hendido
El jarrón donde se muere esta verbena
Fue hendido con un golpe de abanico
El golpe apenas le ha rozado
Ningún ruido lo ha desvelado
Pero la ligera contusión
Mordiendo el cristal día a día
Con un paso invisible y seguro
Hizo lentamente su trabajo
Su agua fresca ha huído gota a gota
El jugo de las flores se ha agotado;
Nadie lo sospecha todavía;
No le toquen, está rajado
A menudo también la mano que amamos
Rozando el corazón lo hiere;
Luego el corazón se hiende por sí solo
La flor de su amor perece
Siempre intacto a los ojos del mundo
Siente cómo crece y llora muy quedo
Su herida fina y profunda;
No le toquen, está quebrado
Estancias y poemas 1865 (La vida interior)
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