Demain, dès l´aube, à l´heure où blanchit la campagne,
Je partirai. Vois-tu, je sais que tu m´attends,
J´irai par la forêt, j´irai par la montagne,
Je ne puis demeurer loin de toi plus longtemps.
Je marcherai les yeux fixés sur mes pensées,
Sans rien voir au-dehors, sans entendre aucun bruit,
Seul, inconnu, le dos courbé, les mains croisées,
Triste, et le jour pour moi sera comme la nuit.
Je ne regarderai ni l´or du soir qui tombe,
Ni les voiles au loin descendant vers Harfleur,
Et, quand j´arriverai, je mettrai sur ta tombe
Un bouquet de houx vert et de bruyère en fleur.
Les Contemplations, 1856
Mañana al alba1
Mañana, al alba, a la hora en que blanquea la campiña,
Partiré. Ya ves, sé que me esperas
Iré por el bosque, iré por la montaña.
No puedo permanecer lejos de ti más tiempo.
Caminaré con los ojos fijos en mis pensamientos,
Sin ver nada del exterior sin oír ningún ruido.
Solo, desconocido, con la espalda encorvada,
Con las manos cruzadas,
Triste, y el día para mí será como la noche.
No miraré el oro de la tarde que decae,
Ni las velas a lo lejos descendiendo hacia Harfleur
Y cuando llegue pondré sobre tu tumba
Un ramo de acebo verde y de brezo en flor.
1 Dedicado a su hija Léopoldine fallecida prematuramente
Las Contemplaciones, 1856
*Dedicado a su hija Léopoldine fallecida prematuramente.
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