Desde tiempos innombrables
arrastras innumerables
latas vacías
que penden de tu cuerpo
rancias, abolladas
ennegrecidas
Estas se podrían organizar
por eras : algodonosa infancia
irresponsable adolescencia
inesperada madurez…
o bien por
constantes sentimentales:
culpa, remordimiento
resquemor, abatimiento,
sufrimiento
Aún así, en fila india
no dejarían de producir
una gran algarabía
ensordecedora
para tus sentidos
al menor desplazamiento
de tu paso seguro
Cual gato escaldado
has huido de acá para allá
sin ton ni son
y cuanto más acelerabas
tu curso, tu marcha
más estruendo horroroso
producían las dichosas latas
Sacudías tus miembros
enérgicamente
y seguían ahí
las muy pesadas
Les propinabas
violentas puntapiés
y rebotaban desobedientes
contra tu rostro
contra tu cuerpo
A ti te produce
un fuerte dolor de cabeza
pensar en ellas
están siempre ahí
colgadas de tus brazos
de tus piernas
Si son nada más que latas
y te pesan
y no te dejan respirar
hazte con una buena faca
corta uno por uno
los cordeles de sujeción
de las tercas latas
y vuela ligero
como un jilguero
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