IN MEMORIAM
A Beatriz Catalán Pérez de Lis
Intuí desde que te conocí (hace veinte años) que tras tu actitud distante se escondían sentimientos nobles. Pasado el tiempo, ya amigas, supe que dicha actitud era pose, estabas en pie de guerra contra la vida a causa de las adversidades que te había deparado. Ahora me doy cuenta de que mereció la pena para las dos que yo hubiera traspasado esa barrera. Me alegro de no haberme quedado con mi primera impresión ya que ambas con el tiempo, forjamos una gran amistad.
Gracias por haberme insuflado vida, tú que estabas al borde de la misma.
Por tus consejos, aunque a veces fueran impetuosos en demasía.
Gracias por tu generosidad, por tu intranscendencia y asimismo por tu profundidad.
Por tu disponibilidad.
Por esa mirada entusiasta, delicada hacia la naturaleza: un rústico paisaje, un elegante jardín, un árbol milenario, una exótica flor, una sencilla cala, una brizna escapada al viento, conchas erosionadas de múltiples formas, nubes galopando que se esfuman ya en el instante en que tu dedo las señala…
Por tus inteligentes risas, que a mí me provocaban carcajadas infinitas.
Por tus confidencias, que me facilitabas para hacerte las mías, ambas siendo conscientes de que los demás no comprenderían.
Por tu falta absoluta de susceptibilidad ante cualquier malentendido.
Gracias por tu amistad
Nos veremos en el más allá
viernes 4 mayo 2012
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