El título de mi primer poemario es debido a tres de las poesías incluídas en el referido libro por ser palabras recurrentes en : Sentir, Detecto y Mujeres adyacentes: múltiples pálpitos, pálpito súbito y sus pálpitos respectivamente. Existen muchos tipos de pálpitos (yo misma los experimento con frecuencia no deseada) : de amor, de ansiedad, de añoranza, de angustia ante una enfermedad irreversible, como es el caso de la protagonista de Mujeres adyacentes (III), o de aquel que por su longevidad es asaltado por palpitaciones en la oscuridad de la noche cuando observa con mirada preclara su inminente final.
Mi libro lo conforma una selección hecha por mí de mis más de 200 poesías escritas en diferentes décadas de mi vida, escogiendo para el mismo aquellas repletas de carga emocional. Este fue mi criterio utilizado porque adoro las palabras, sobre todo la palabra veraz, auténtica y si esta viene acompañada de pulsiones del alma, nunca será huera. A veces sorprende o revuelve las entrañas pero jamás es vana.
Esta selección está formada por 45 poesías divididas en cinco apartados, de los que son intimistas la mayoría exceptuando el último: Fauna humana en que mi yo se asoma al exterior y narra sus impresiones a propósito de tipos humanos.
¿Cómo brotan mis palabras?
Mis palabras son desahogos furtivos del espíritu, chorrean imparables con furia, con rabia, con tristeza en un instante inesperado y yo las debo retener con dificultad material hartas veces, con premura, ya que al margen de esos importantísimos instantes prodigiosos en que brotan, no las volveré a detectar, por mucho empeño que ponga en ello, se volatilizan.
Mis poesías están abiertas a la ensoñación, a la empatía. Algunas veces, tal vez a la compasión. Es el lector quien debe decidir si su estado anímico está ya dispuesto a emprender la lectura de la siguiente. Por ese motivo he prescindido del punto final en cada una de ellas y en general, he rehuido deliberadamente de las signos de puntuación. Me he limitado a poner los imprescindibles para la comprensión de mis versos.
Surgen estando en movimiento o en la quietud de la noche (con mucha frecuencia en duermevela).
El detonante puede ser un aroma, una sensación, un profundo dolor o simplemente una observación de mi entorno, una noticia informativa, a veces. Una vez escritas las palabras las releo lentamente, corrijo lo justo, más bien pequeños retoques, puesto que estoy convencida de que una pincelada borrosa es mucho más espontánea que un trazo seguro, frío o demasiado perfilado.
Lector: si mis poesías sirven para conmoverte o mejor, si te sientes tal vez identificado con alguna de ellas a mí me darías satisfacción y me arroparías en esta exposición pública de mi alma.
Stella Maris
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